Consejos para cepillar a tu gato como un profesional
Paso 1. Empieza por acariciar al gato
Primero asegúrese de que su gato se siente cómodo y que está de buen humor. Eso hará que esté más receptivo a ser acariciado y aseado con un objeto extraño. Cuando veas que está tranquilo, acércate a él y acarícialo.
Paso 2. A continuación, siéntalos en tu regazo y acércales el cepillo para que lo huelan.
Olfatear el cepillo, o incluso jugar con él, hará que el gatito se familiarice pronto con la situación y se gane su confianza al mirarlo. De lo contrario, podrían sospechar que se trata de un objeto peligroso.
Paso 3. Empiece haciendo movimientos suaves y en zonas que se consideren "fáciles" de cepillar
En principio, es aconsejable intentar cepillarles en las zonas que sabes que ya disfrutan de las caricias. Para la mayoría de los gatos, eso sería el lomo, debajo de la barbilla o encima de las orejas. Por supuesto, esto puede cambiar dependiendo del gato.
Paso 4. Intente cepillar otras zonas
A medida que el gato vaya cogiendo confianza y notes que se vuelve más receptivo, pasa a zonas más sensibles como el vientre, la cola y las orejas.
Si nota que está incómodo, aburrido o empieza a enfadarse, vuelva a las zonas más seguras, las que sabe que le gustan.
Paso 5. Alterne el cepillado y las caricias al gato
Alterne las caricias y el peinado cada pocos minutos y asegúrese de que las sesiones de cepillado sean cortas al principio.
Paso 6. Premie a su gato
Cuando termine, juegue con su gato y déle una golosina o algo de comer. De este modo, empezará a asociar el cepillado con situaciones placenteras.
Beneficios de cepillar a su gato con regularidad
1. Ayuda a eliminar el exceso de pelo.
Deshacerse del exceso de pelo significa que encontrará muchas menos bolas de pelo por toda la casa, incluida la aspiradora, en la ropa e incluso en el sofá. Eso es porque ya habrás eliminado todo el exceso de pelo con el cepillo (y no tendrá que hacerlo con la lengua, lo que podría causar algunos problemas digestivos además de todo lo demás).
2. Es una buena manera de mantener las pulgas bajo control y comprobar su estado de salud general.
Cuando cepillas a tu gato, puedes estar ayudando a mejorar el estado de su piel, ya que al hacerlo controlas las lesiones que pueda tener y que están ocultas bajo su largo pelaje. Al mismo tiempo, barres la suciedad y la grasa que pueda haberse acumulado en su pelaje, incluidas las pulgas.
3. Ayuda a evitar que los gatos tengan que acicalarse y sientan dolores musculares o articulares cuando se hagan mayores.
Para los gatos mayores, o las mascotas con problemas de movilidad, acicalarse puede ser muy incómodo porque implica que tengan que moverse y no siempre pueden hacerlo sin experimentar un gran dolor. Por eso es probable que tiendan a asearse cada vez con menos frecuencia. En este caso, tu ayuda se vuelve absolutamente imprescindible.
4. Refuerza el vínculo entre usted y su gato.
Los gatos se acicalan unos a otros para demostrar su afecto y confianza mutua. Si usted acicala a su gato, éste lo entenderá como una muestra de afecto y confianza. Pronto su gato tendrá la misma confianza con usted que con sus compañeros.